(Pablo Iglesias)
La frase que encabeza el titulo de este artículo es una más de las frases o máximas de Pablo Iglesias, basada en unas palabras de Jesús, en el evangelio de Mateo 11:12; que dice: desde los días de Juan el bautista hasta ahora, el Reino de los Cielos sufre violencia y los violentos lo arrebatan.
Los predicadores que yo he escuchado hasta ahora disertar y predicar sobre este pasaje, que han sido varios, lo hacen desde una óptica honesta pero errada, afirmando que hay que ser violentos, para arrebatar el reino de los cielos. Creo que su errada buena fe parte de unos principios insostenibles, confunden “valentía” con violencia, que parecen sinónimos pero sin embargo son totalmente antagónicos. Valentía y valor, implican cierta seguridad en sí mismo y en las leyes morales y principios espirituales, como el respeto a los demás y a las normas establecidas en la sociedad para alcanzar las metas, propósitos marcados y la realización de la personalidad. Violento en cambio implica falta de seguridad, miedo, falta de confianza en sí mismo, falta de respeto a las normas y al derecho a la hora de desarrollar sus metas y los deseos de sus pensamientos. Los animales, salvando algunas excepciones, se vuelven más agresivos cuando sienten miedo, o son agredidos, sino se sienten amenazados siguen su curso normal de sobrevivencia. Los humanos que optan por las prácticas de la violencia, es en base a la impotencia, su incapacidad de afrontar las cosas de otra forma cuando menos más civilizada, usan todo tipo de artimañas, engaños, trampas, falta de respeto a las normas establecidas y a los semejantes. Es decir, todo lo contrario de lo que hace el valiente y esforzado, que está dispuesto a pagar el precio de las cosas.
Valiente fue Jesús que no rehuyó la muerte, aunque sabía
que era el caro precio que tenía que pagar por el rescate de muchos, y sin
atisbo de violencia uso todo su valor y sabiduria para derribar al judaísmo del pedestal en
que se había empoderado, y ofrecer la salvación a todo el que cree en Él.
Cristo tuvo que frenar el impulso agresivo de los suyos, a veces justificado, para defenderle, porque no entendían que su misión era pacífica y de entrega total hasta la muerte y, siendo igual a Dios, no lo tuvo como cosa a que aferrarse o justificarse para usar su autoridad por la fuerza o con violencia, sino que se humillo hasta la muerte y una muerte horrorosa (Flp 2:6).
Cristo tuvo que frenar el impulso agresivo de los suyos, a veces justificado, para defenderle, porque no entendían que su misión era pacífica y de entrega total hasta la muerte y, siendo igual a Dios, no lo tuvo como cosa a que aferrarse o justificarse para usar su autoridad por la fuerza o con violencia, sino que se humillo hasta la muerte y una muerte horrorosa (Flp 2:6).
Esta actitud de Jesús, se encarnó en los primeros
cristianos, que muriendo, llegaron a ser reconocidos finalmente por el Imperio
Romano. Todo lo contrario de lo que al parecer interpretan la mayoría de los
predicadores, algunos políticos y sobretodo Pablo Iglesias, que utiliza las
frases de los grandes para seducir y luego devorar a los incautos y simples,
como han hecho sus predecesores.
A estos no les habla el Espíritu Santo, ni les inspira del
Padre Nuestro de los Evangelios, sino que les hablan los pajaritos y les
inspira el padre nuestro del comandante Chávez, ¿Cabe mayor idiotez? Si,
si cabe porque el tobogán de descenso puede ser infinito y todo puede
ser susceptible de empeorar... "Podemos".
Que tristeza me invadió hace unos días cuando escuche a un
ministro de culto evangélico (pastor), decir que simpatizaba con la inspiración
de los pajaritos y el padre nuestro de Chávez, ¡vamos que los va a votar!
Mateo 11:12: el
reino de los cielos sufre
violencia y los violentos lo arrebatan.
Analizaremos estos tres conceptos:
Al parecer la expresión de Jesús
en este pasaje es de lamento, de queja, de dolor, al ver que gente no digna,
tomaban y arrebataban un lugar que no les correspondía por integridad, justicia
y derecho.
La mayoría de las traducciones, por lo menos las más
fiables, como Biblia de Jerusalén, Biblia Textual, Reina Valera, Dios habla
hoy, NT. Peshitta, entre otros, traducen este pasaje de las escrituras tal como
lo he expuesto.
Sufrir es antónimo, lo contrario de placer o alegría: que es, lo que sucede cuando un pecador se arrepiente o
entra en el reino de los cielos. Por lo tanto la expresión sufrir denota algo desagradable, una
violación. El Señor Jesús se está lamentando de que el reino de Dios
tenga que sufrir este tipo de agresiones. Sin embargo
Él nos alienta a que seamos persistentes en la oración y en la busque da del
Reino de los Cielos y la justicia, como la viuda que importunaba al juez para
que le hiciera justicia, ¡¡insistencia, pero no violencia!!
Luc 15:7 Os
digo que así habrá más gozo en el cielo por un pecador que se
Luc 15:10 Así os digo que hay gozo delante de los
ángeles de Dios por un pecador que se arrepiente.
Por lo tanto entendemos que la expresión sufrir denota algo
desagradable, una violación, un asalto al Reino de los Cielos. Éste no se
toma, y menos por asalto, se entra por
la puerta que es Cristo, con arrepentimiento y humildad.
La Verdad con mayúsculas, la Verdad Absoluta, nadie la
posee, no se deja poseer, ni cabe en la mente de nadie, aunque ésta pueda ser tan
perversamente brillante, retorcida, mal intencionada, absolutista y dominante, como
la de Pablo Iglesias. La verdad no la posee nadie, en cambio ella nos
posee a todos, todos estamos dentro del absoluto, en cambio nadie en absoluto
posee el absoluto.
En el Reino de los Cielos no se entra ni por consenso ni
por asalto, el que no entra por
Sal 138:6 Aunque el Señor es sublime, mira al
Joven fui y he envejecido, necesito gafas para leer de cerca pero a los altivos y mal intencionados los veo venir de lejos.
Creo que los ciudadanos deberíamos pedir con vehemencia y persistencia, que los
Creo que los ciudadanos deberíamos pedir con vehemencia y persistencia, que los
Luc 19:8; Pro
6:30; ¿Acaso no desprecian al ladrón, aunque robe
para saciar su
Exo 22:1 "Cuando alguien robe un buey o una oveja y lo degüelle o venda,
por aquel buey pagará cinco bueyes, y por aquella oveja, pagará cuatro ovejas.
Salmos 10:1-4 En el sermón de las bienaventuranzas en ninguna parte aparece, bienaventurados los violentos porque ellos heredaran el reino de los cielos, pero si dice: los pobres en espíritu, los que lloran, los mansos, los que tienen hambre y sed de justicia, los misericordiosos, los de corazón limpio, los pacificadores, (todo lo contrario de violento), Bienaventurados los que padecen persecución por causa de la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos. Todo lo contrario a los que hacen violencia por causa de la justicia, o por alguna otra causa peor.
Efe 4:25-28 Por lo tanto, habiendo dejado la
mentira, hablad la verdad cada uno
con su prójimo, porque somos miembros los unos de los
otros. Enojaos, pero no
pequéis; no se ponga el sol sobre vuestro enojo, ni deis lugar
al diablo.
En este pasaje de las escrituras se nos permite, se nos da
permiso para enojarnos,
con la condición de que no dure más que la luz de un día,
cuanto menos vivir como violentos. Vemos que en el Nuevo Testamento ni
siquiera enojarse está bien visto, aunque dice que podemos hacerlo,
seguidamente nos aconseja que no se ponga el sol sobre nuestro enojo, no sea
que se enquiste en nosotros el enfado, amargue nuestras vidas y termine en
violencia. ¡¡El que esté libre de pecado que tire la primera piedra!!
Flp 2:5-7 Haya,
pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús,
el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a
Dios como cosa a que aferrarse sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de
siervo, hecho semejante a los hombres.
Stg 1:19-21 Por
esto, mis amados hermanos, todo hombre sea pronto para oír,
tardo para hablar, tardo
para airarse; porque la ira del hombre no obra la justicia de Dios. Por lo cual, desechando toda
inmundicia y abundancia de malicia, recibid con mansedumbre la palabra
implantada, la cual puede salvar vuestras almas.
Sal. 37:8; Efe. 4:31-32; Mat 5:22; Mar 3:5, Rom 12:19-21; Santiago 1:19
El término arrebatar es sinónimo de ladrón, salteador, de
tomar por la fuerza lo que no se consigue por derecho.
Juan 10:1-2 De
cierto, de cierto os digo: El que no entra por la puerta en el redil de
las ovejas,
sino que sube por otra parte, ése es ladrón y salteador. Más el que entra
por la puerta, el pastor de las ovejas es.
Juan 10: 8-10 Todos
los que vinieron antes de mí son ladrones y salteadores, pero las ovejas no les
hicieron caso. Yo soy la puerta; si alguno entra por mí, será salvo; y
entrará y saldrá y hallará pasto. El ladrón sólo viene para robar y matar
y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la
tengan en abundancia.
Es decir todos los que se hicieron salvadores, salva
patrias antes que yo, y después que yo (porque no hay otro en quien tengamos
salvación), fueron salteadores y engañadores.
Este es el lamento de Jesús que gente violenta y salteadora
roban los tesoros y las verdades y los valores del reino, engañan a las gentes,
haciéndoles creer que son enviados de Dios, profetas del Altísimo. ¿No
ocurre eso en nuestros días? ¿Gentes que se constituyen en salvadores de
la patria, salvadores de almas en lugar de anunciar la salvación del único que
Salva? ¿No estará usando y manipulando Pablo Iglesias estas frases y
otras semejantes como gancho para hacer creer a los ciudadanos que ellos son
los salvadores de los pobres? Los que puedan mirar más allá
de sus narices, los que tienen la valentía de levantar la mirada hacia la
historia más reciente, y los que miran el presente con objetividad, verán el
resultado de esas premisas, los resultados que están teniendo en los países con más recursos del mundo y por lo tanto con
posibilidades de ser punteros en las economías. Este no es el caso de
España que es un país escaso en recursos naturales, aunque no humanos.
Espero que no suceda lo mismo con algunos pastores que
también usan ese versículo de una forma conceptualmente errada y que yo quiero
pensar que lo hacen de buena fe, con la intención de animar a sus
congregaciones, a sus feligreses, para que no se amilanen, no se aletarguen en
la fe. Bien, pues si entiendes que a nuestro líder y maestro Cristo no le gusta
la violencia y nos demostró con su vida otra cosa muy diferente, no alientes a
nadie a la violencia, porque el reino de los cielos no se toma ni por consenso
ni por la fuerza, en todo caso se entra por la puerta o se llega por la buena
fe en Cristo, Él, dio a su Iglesia (su pueblo), las llaves para entrar en el
reino y no necesitamos hacerlo por la fuerza, ni salteando paredes ni forzando
puertas, para que no entremos como si fuéramos salteadores y ladrones.
Sal 51:12 Vuélveme
el gozo de tu salvación, y espíritu noble me
sustente.
Alfredo Manzano
