jueves, 7 de enero de 2016

LA INTERPRETACIÓN DE LOS SUEÑOS, ES DON DE DIOS, NO UNA MANCIA.





Génesis 40:8: «Hemos tenido un sueño y no hay quien lo interprete». José les dijo: «¿No son de Dios las interpretaciones? Contádmelo ahora». Entonces el jefe de los coperos contó su sueño a José, y le dijo…

Repetimos una vez más que los sueños no son una mancia o arte adivinatoria; ellos son un lenguaje, son el lenguaje del espíritu y, como hay quien tiene cierta habilidad o gracia para aprender los idiomas, así hay quien tiene cierta gracia o habilidad para leer el lenguaje de los sueños. Y sobre todo el que es nacido del espíritu, este es como el nativo que entiende bien su lengua vernácula, por haber nacido en el país donde se habla. Sin embargo, aunque alguien conozca bien su lengua materna, esta contiene términos técnicos, como pueden ser los de medicina, o cualquier otra rama de las ciencias o las artes; de forma que aunque sea una persona nativa, por desconocer estas especialidades o disciplinas, no dominará el léxico, argot o jerga dialéctica de ese ámbito profesional o social que le resultará un tanto desconocido.

¿Por qué subrayamos esto? Muy sencillo, porque el lenguaje de los sueños es personal e intransferible del sujeto que los sueña; ellos encierran entre otras cosas ciertos matices que hacen referencia a la profesión y condición social del soñador. Es decir que, si uno es panadero, le hablará de acuerdo con los elementos y herramientas con las que él se desenvuelve y mejor se entiende; si otro es mecánico, informático, o cualquier otra rama de las ciencias, las artes o los oficios, los sueños se ajustarán a la condición del individuo para hacerle entender un mensaje que normalmente nada tiene que ver con su profesión (cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia); es como las palabras, que tienen poco valor en sí mismas si no expresan una idea, un concepto, una realidad en el conjunto de la oración y el contexto de la conversación. Los símbolos de la profesión y el uso de las cosas s frecuentes o habituales e impresiones s recientes del soñador son los elementos que los sueños utilizan para comunicar un mensaje que normalmente, salvo algunas excepciones, suelen hacer referencia a la conducta de índole moral, ética y de la relación social de su entorno. Los sueños utilizan los elementos con los que la persona se relaciona en su vida profesional, así como las vivencias más recientes con la finalidad de que el soñador entienda mejor el mensaje. Este es el caso de los sueños del copero y el panadero de Faraón: «Hemos tenido un sueño y no hay quien lo interprete». José les dijo: «¿No son de Dios las interpretaciones? Contádmelo ahora». Entonces el jefe de los coperos contó su sueño a José, y le dijo (Génesis 40:8).
El carácter profesional, vocacional y social, a la vez que el carisma que el creador ha impreso en el soñador, deben ajustarse y estar a su vez en máxima armonía con su personalidad y el entorno social en el que vive para que los sueños no resulten ser una pesadilla.
En una ocasión un conocido me contó una pesadilla y, con cierta ironía y tono jocoso, me dijo: «¿Qué interpretación puede tener eso? Esto solamente es resultado de que al mediodía me excedí sobremanera en la comida… Esa es la causa de mi pesadilla. No podía dormir bien porque me costaba hacer la digestión, por lo tanto no tiene ningún mensaje que se pueda someter a interpretación». «No hay nada que interpretar —le dije—, es demasiado evidente…».
Cervantes en boca de Don Quijote dice algo al respecto: «Come poco y cena más poco, que la salud de todo el cuerpo se fragua en la oficina del estómago». O este otro refrán popular: «De grandes comilonas y abundantes cenas están las sepulturas llenas». Esta pesadilla te advierte que, como no te cuides en tus excesos con las comidas, estás corriendo un serio riesgo. Evidentemente la pesadilla contiene un mensaje de corrección de la conducta gastronómica o glotonería.

En otra ocasión un líder de nuestra Iglesia, de profesión electromecánico (a día de hoy fallecido), tuvo un sueño en el que se vio cuidando una máquina de enormes dimensiones, y un engranaje de la misma se dislocaba a causa de una tuerca que se aflojaba; en esto vio una mano que sujetaba una llave inglesa, al tiempo que una voz le decía: «Si no apretamos esa tuerca, la máquina se romperá y paralizará la producción y la buena marcha de la empresa». Él vio cómo esa mano con la llave apretaba y ajustaba la tuerca; al tiempo sentía cómo una conducta de su mente que le producía inquietud se reorientaba en la actitud correcta. Esto sucedió en un tiempo cuando la Iglesia estaba pensando en extender la obra misionera a Europa, algo a lo que él como miembro del consejo de la Iglesia se oponía y resistía con gran obstinación. En este sueño él entendió que, como pieza o engranaje clave en la Iglesia, Dios le reprendía por su resistencia al proyecto de extender la obra misionera, algo en lo que Dios estaba interesado. Esto es un ejemplo de hoy, para mostrar que los sueños usan los elementos de nuestra profesión, las cosas que nos son familiares y cotidianas para hablarnos, corregir nuestra conducta y ajustarlas al plan de Dios, tal como sucede con los sueños del panadero y el copero de Faraón, que les habló a través de la profesión que cada uno desempeñaba en palacio y que José interpretó tan certeramente.

¿De dónde procede la capacidad de interpretar los sueños?

Génesis 40:,8: «¿No son de Dios las interpretaciones? Contádmelo ahora». Entonces el jefe de los coperos contó su sueño a José, y le dijo…

Génesis 41:8: Sucedió que por la mañana estaba agitado su espíritu, y envió e hizo llamar a todos los magos de Egipto, y a todos sus sabios; y les contó Faraón sus sueños, más no había quien los pudiese interpretar a Faraón.
Génesis 41:15-16: …quien le dijo: «Tuve un sueño que nadie ha podido interpretar. Pero me he enterado de que, cuando tú oyes un sueño, eres capaz de interpretarlo». «No soy yo quien puede hacerlo —respondió José—, sino que es Dios quien le dará a Faraón una respuesta favorable».

Una de las cualidades más notables de José fue su capacidad de soñar e interpretar los sueños de otras personas; este era un Don que Dios le había concedido, mediante el cual le revelaba en los momentos que lo requería él significado de los sueños. Por lo tanto la interpretación real de los sueños (no las supuestas), según nos señalan los textos bíblicos expuestos, viene de Dios. Quizás por eso hay tan poca gente que lo haga, y quizás sea mejor así, porque de esta forma no surgirán de las lúgubres esquinas y oscuras calles de la vida los imitadores y usurpadores de esta cualidad. Como señal para los que aman y buscan la verdad, a los valientes, que no violentos, para aquellos que no repelen la corrección, ni los consejos, sino que los reciben con humildad y los usan como medio de rectificación, siempre encontrarán la guía adecuada en los sueños y no serán fácilmente seducidos por sujetos que cuentan solo sueños que les gustaría soñar y realizar, y no tanto aquellos que les ayudan a rectificar su conducta. A los que les gusta que les regalen el oído y que les digan lo que les apetece escuchar, serán fácil presa de adivinadores, falsos profetas y falsos interpretadores de sueños, y estos vivirán muy bien a su costa.
Es curioso que en el mundo de la psicología y la psiquiatría no se haya avanzado más en el uso de las representaciones oníricas como método de analizar la personalidad de sus pacientes, siendo un medio tan eficaz para ello. Sin embargo, sí se ha avanzado mucho en las patologías del sueño, como el insomnio, la apnea, narcolepsia, parálisis del sueño, bruxismo nocturno, etc., sin que se llegue a saber bien en algunas de ellas las causas que las originan; no obstante conocemos cómo varios medicamentos e instrumentos médicos consiguen aliviar, paliar y mejorar la calidad de vida de los que sufren estas patologías. Haría falta mucho tiempo para desarrollar este tema, que sería muy extenso y requeriría un tratado aparte, para el que además no estoy cualificado; pero sí diré, por lo que he ido observando, que la gran mayoría de las patologías del sueño tienen que ver con problemas psíquicos. Aunque la actitud psíquica de una persona llega a incidir en el físico, asimismo la condición física incide en el comportamiento psicológico de la persona; vamos, la pescadilla que se muerde la cola. Por lo tanto hay gran dificultad en diferenciar un origen de otro y, consultando a distintos especialistas, cada uno se inclinará por diferente tendencia. Mens sana in corpore sano.

Daniel 2:19: Entonces el misterio le fue revelado a Daniel en una visión de noche, por lo cual Daniel bendijo al Dios de los cielos.
Daniel 2:20: Daniel habló y dijo: «¡Sea bendito el Nombre de Dios desde la eternidad hasta la eternidad! Porque suyos son la sabiduría y el poder».

Nabucodonosor, rey de Babilonia, tuvo un sueño que no quiso contar a sus magos y adivinos y les amenazó de muerte si no conseguían adivinarlo. Se enteró Daniel de lo sucedido y solicitó al rey un plazo para declararle lo que soñó, siempre confiando en que su Dios le revelaría lo que el rey había soñado y su interpretación; así fue posteriormente, Dios le mostró a Daniel paradójicamente en un sueño lo que Nabucodonosor había soñado y la interpretación del mismo.
Por lo tanto, Dios se lo reveló a Daniel en otro sueño o visión nocturna, no lo adivinó; no usó magia ni adivinación, sino auténtica y genuina revelación.

Un abismo llama a otro abismo a la voz de tus cascadas, oh Dios… (Salmo 42:8). Un misterio declara otro misterio, un sueño declara otro sueño en visión de noche, es decir, en un sueño Dios declara a Daniel el sueño de Nabucodonosor y su interpretación.
En estos casos extremos, vemos cómo es Dios el que revela los misterios manifestados en los sueños a sus siervos los profetas, lo que los sabios y conocedores de los símbolos en Caldea y Babilonia no podían descifrar. Nabucodonosor sabía que los sabios de su corte, en cuanto a la interpretación de los sueños se refiere, con relativa frecuencia se las suponían o inventaban, por eso en esta ocasión se enojó y no les contó su sueño, amenazándoles de muerte si no conseguían saber lo que soñó, que no su interpretación.

Conociendo al soñador, a veces es posible conocer por lo menos en parte lo que puede soñar. Les contaré como ejemplo la experiencia que tuve con una amiga, que decidió contarme un sueño para ver si podía ayudarla; pero al contarme el sueño omitió información relevante para su interpretación. Soñaba que entraba a una iglesia y había un predicador conocido y apreciado por ella que compartía algo que no le terminaba de gustar; cuando terminó la predicación, se acercó al predicador para saludarle, a quien seguidamente le cambió el rostro adoptando una expresión fea y casi diabólica. No viene al caso la interpretación de dicho sueño, por eso no la revelaré, pero sí señalar que ella había omitido partes y detalles del sueño; sin embargo, por lo que contaba, pude desvelar las partes que omitía, y así lo hice notar, y ello la impresionó mucho. Ella es de religión evangélica, por lo que pensaba que obviaría que el púlpito y la iglesia serían de diseño evangélico, pero se quedó de piedra cuando le dije que la iglesia de su sueño era Católica, y el púlpito semejante al que normalmente se ve en todas las catedrales e iglesias católicas de la geografía española y del resto del mundo que conozco; y además el predicador vestía las ropas típicas del sacerdote que oficia la misa en la Iglesia Católica. Ella pensó, por sus prejuicios religiosos que, si contaba que el sueño sucedía en una iglesia diferente a la de su confesión, yo le restaría credibilidad, pero por supuesto no fue así, y tampoco el sueño le transmitía lo que ella pensaba o suponía. No aceptó la interpretación que le di, se enfadó mucho y estuvimos cuatro años con una relación un tanto distante, justo el tiempo que tardó en realizarse lo que el mensaje de su sueño le transmitía. Sin embargo tuvo la humildad y valentía de rectificar, pedir disculpas, y aceptar que las cosas habían sucedido tal y como se le indicó en la interpretación de su sueño.
En el subconsciente colectivo de nuestro país, la imagen onírica de una iglesia o templo es la tradicional y dominante socialmente. Por eso entendí que en sus imágenes oníricas la iglesia y el púlpito que aparecían no eran evangélicos, sino católicos.
Tal como hemos expuesto y confirmado con las Sagradas Escrituras, vemos y seguiremos descubriendo que la interpretación de los sueños es un don de Dios.

Alfredo Manzano


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lunes, 4 de enero de 2016

DIOS HABLA EN SUEÑOS A JOSÉ




   
Mat 2:13 -22.

Después de que los sabios partieron, un ángel del Señor se apareció en sueños a José y le dijo: «Levántate, toma al niño y a su madre, y huye a Egipto. Quédate allá hasta que yo te diga, porque Herodes buscará al niño para matarlo.»(....)

Cuando él despertó, tomó de noche al niño y a su madre, y se fue a Egipto, y se quedó allá hasta la muerte de Herodes. Esto sucedió para que se cumpliera lo que dijo el Señor por medio del profeta: «De Egipto llamé a mi Hijo.»

Después que murió Herodes, un ángel del Señor se apareció en sueños a José en Egipto, y le dijo: «Levántate, toma al niño y a su madre, y regresa a Israel, porque los que querían matar al niño han muerto ya.» Entonces José se levantó y llevó al niño y a su madre de regreso a Israel.

Cuando supo que Arquelao reinaba en Judea en lugar de su padre Herodes, tuvo temor de ir allá, pero en sueños fue advertido y se dirigió a la región de Galilea.


Alfredo Manzano

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