Dios Sigue hablando en vivo y en directo a través de los sueños. ¿Por qué no les prestamos más atención?
Manfred era un ermitaño, pintor, escultor y filósofo alemán que vivía en Camelle, en la Costa da Morte, distrito de Camariñas, Galicia.
Vestía con un taparrabos, vivía de la caridad y lo que la gente pagaba o donaba por ver sus obras. Trabajaba haciendo pequeñas obras de arte y esculturas naturales en armonía con el entorno de la playa, las rocas y su pequeña cabaña. La gente iba a visitarlo para ver sus obras y charlar de arte y filosofía.
Manfred tenía un sueño recurrente, —es decir que lo soñó varias veces—, y lo contaba a los lugareños; decía que una ballena negra llegaría a la playa y se estrellaría contra las rocas y se tragaría sus obras de arte, luego enterraría a la ballena y él moriría. Repetía con cierta melancolía a la gente, —enterraré a la ballena negra y luego moriré—.
Unos meses después se produjo el desastre del Prestige que inundó de alquitrán la costa de Camelle, — el llamado chapapote—. Cuando Manfred vio lo que había hecho esa marea negra en sus playas y con sus obras, daba voces y gritos de quebranto por la desgracia ocurrida maldiciendo a la industria petrolera. Durante un corto periodo de tiempo ayudó con todas sus fuerzas a limpiar las rocas y playas. Un mes y unos días después de la tragedia del Prestige lo encontraron muerto en su cabaña.
Los sueños recurrentes nunca mienten, hay que prestarles especial atención.
Manfred, no creía en Dios, se identificaba con la naturaleza, pero el hombre destruye la naturaleza y la modifica y la naturaleza a su tiempo termina con el hombre, pero no con la esencia espiritual que hay en él. Sin embargo el hombre nunca podrá destruir al que le creó.
Así como se cumplió el sueño recurrente de Manfred, —salvando las profundas diferencias de este mensaje con los que recibieron los personajes bíblicos—, así también se cumplieron los sueños recurrentes de Abraham, Jacob, José, Faraón, los siervos de Faraón, Nabucodonosor, etc., por nombrar algunos de los sueños más populares de la Biblia, conocidos incluso por quienes no la han leído.
Otra de las diferencias es que, a los personajes de la Biblia hubo profetas que los interpretaron, y algunos de ellos lo hicieron personalmente, entendieron el mensaje que las imágenes oníricas les transmitían en sus sueños.
Dios Sigue hablando en vivo y en directo a través de los sueños. ¿Por qué no les prestamos más atención?
Las religiones cristiana los han dejado de lado y no solo eso, sino que la mayoría de los líderes cristianos los consideran como utopía o instrumentos de satanás. Cómo es posible una actitud de indiferencia tal a un medio de comunicación, un lenguaje que Dios ha creado e impreso en el espíritu y el alma del ser humano, sea este de la raza y creencia que sea y que, pone de manifiesto el estado psicológico del hombre de forma inequívoca, un lenguaje al que la Biblia recurre y considera con tanto énfasis.
¿Por qué los han dejado de lado? ¿Será porque no pueden manejarlos como a la letra? Los mismos traductores de la Biblia desde la antigüedad le pusieron reparo, se encontraron con cierta perplejidad para definirlos con claridad, y los denominaban “visión nocturna o Dios habló aquella noche”, o simplemente “Dios le habló” a la persona en cuestión.
Seguramente fue debido a que no eran sueños normales o vulgares.
Hay sueños y Sueños, libros y Libros, personas que dicen cosas interesantes y otras que no interesa lo que dicen; aunque paradójicamente son las que más medios tienen para decir lo que piensan. Hay profecías y profetas verdaderos y otros que dicen ser profetas pero son mentirosos.
Creo que el cristianismo debería recuperar su autoridad e interés sobre los sueños, empezando por descubrirlos primero en las Sagradas Escrituras.
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Deseo de corazón que tus sueños armonicen con el Sueño de Dios, con el carisma que el Creador en ti imprimió.
Alfredo Manzano.
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