Cuatro días antes de navidad, le regalé mi
libro “La Biblia y Los Sueños” a la cartera del pueblo en que vivo. En la
dedicatoria le escribí lo siguiente: para que se cumpla el sueño de Dios
en tu vida..., dos días después, cuando hacia su ruta, llamó a mi puerta y me
dijo: ya estoy cumpliendo y viviendo mi sueño. — ¡ah sí! —le dije— sí, —me
contestó ella—. Ser cartera era mi sueño desde pequeña.
En estos días le dije: tu trabajo de
mensajero cumple una función muy importante para la sociedad, al mismo tiempo
que atractivo; vas de puerta en puerta, conoces a mucha gente y les llevas
buenas y malas noticias… Cumples la misma función que los sueños, que nos
comunican buenas y malas cosas, ¡como lo sabes…! —me contestó—.
Mira, te traigo dos multas de tráfico ¿qué
te parece? —me parece que algo habré hecho mal—. Pues eso ¡aportarse bien
eh! jajaja —se reía a carcajadas de mi comentario —.
Sin duda amas tu trabajo y bien que te lo
agradezco —le dije—. Ella sorprendiéndome una vez más respondió: uno de
los primeros capítulos de tu libro donde cuentas la historia de "José el
soñador" me gustó muchísimo, y nunca me olvidaré de esa frase que
dices: "La grandeza de la sencillez". Me hizo llorar cuando lo
leí —me dijo—. Si…, la próxima vez me emociona así no sé si lo seguiré leyendo
¡eh!...
—Me sorprende que tú, teniendo ese carácter
tan fuerte te emociones y llores por la lectura de una sencilla
historia —le dije—.
Tú lo has dicho, por la lectura de una sencilla y bonita historia
—manifestó ella—. La sencillez y la humildad escasean mucho y hay mucho gil y
mala gente por todas partes —siguió comentando—. Bueno me voy que sino hoy no
termino mi trabajo. Se fue corriendo como de costumbre, para hacer deporte
como ella suele decir mientras trabaja, al tiempo que runruneaba algunas de sus
palabrejas malsonantes.
¡Que Dios te guarde! —Le dije —adiós,
adiós, adiós — repetía al tiempo que se alejaba.
¡Gran profesional la cartera de mi pueblo! su trabajo no es
difícil para ella, dice que le pagan por hacer lo que le gusta… Eso solo puede
decirlo alguien que está realizando y trabajando en lo que un día soñó. Por eso
su trabajo es un desahogo —según dice ella—. Y yo digo que para la completa
felicidad, el cumplimiento de otros sueños le faltan.
Alfredo Manzano
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