sábado, 17 de febrero de 2018

¿SOÑAMOS ANTES DE NACER?


"Antes de nacer ya empezamos a soñar y antes de hablar, nuestros sueños ya nos hacen reír o llorar".




 El texto del encabezamiento parece un simple proverbio que literariamente no queda mal, pero parece solo eso, un proverbio. En realidad, ese breve texto hacía referencia a los sueños de los no nacidos o fetos, algo que solo intuía, pero que no estaba demostrado científicamente. En cambio, la referencia a los sueños de los recién nacidos es una verdad indubitable, que cualquiera por sí mismo puede observar, tal como muestra la imagen superior.

En cuanto a las ensoñaciones del feto o al bebé en gestación, surgió como una intuición, una revelación, una epifanía; en el sentido que en el griego paleo cristiano tiene esta palabra: manifestación de Cristo o revelación de alguna verdad que no pasa por el filtro de la razón, aunque luego ésta tenga que usarse para explicar a los demás lo que a la persona le ha sido manifestado o revelado.
La mayoría de estas manifestaciones suelen contener un sentido de veracidad que cuesta aceptar, porque no pasan por el filtro de la razón y la lógica habitual, pero sin embargo y sin saber bien cómo, aparecen en nuestra conciencia externa de forma inesperada, con una claridad meridiana y un fuerte sentimiento de certeza. 
He podido comprobar vez tras vez, después de investigar sobre dichas intuiciones o revelaciones, la veracidad de las mismas; como ocurre en este caso de las ensoñaciones del bebé en gestación.
    Esta intuición, cuya realidad ahora es comprobada, también la percibía en algunos versículos bíblicos, por referirse ellos, a la elección y vocación de algunos profetas y personajes bíblicos antes de nacer; tales como los expuestos al comienzo del artículo. Estos versículos me hacían intuir y sospechar que, soñar antes de nacer era un hecho que experimentaba el feto o bebé en gestación en la matriz —procedente de la Matrix—, de la conciencia sobrenatural, o Supra-consciencia. Es decir, provienen de Dios, de acuerdo al diseño, la vocación e identidad con la que espiritualmente se nos dotó antes de nacer. Por eso surgió en mi interior como una inspiración y lo expresé así de corto y conciso.

     

     Cuando hablamos de los sueños con imágenes oníricas, nos referimos a los sueños en su fase REM, o Sueño Paradójico.
Demostrarlo científicamente para mí no es posible, porque no soy obstetra ni neurólogo; pero el otro día, domingo 21 de enero de 2018, vi un programa en el que se entrevistaba al Dr. Carlos López Ramón y Cajal.  Este doctor, —toda una autoridad mundial en obstetricia y neurología, descendiente del Premio Nobel de medicina Ramón y Cajal—, declaró que en sus investigaciones había comprobado que los fetos a partir de los cinco meses de gestación experimentan sueños en la fase REM o Sueño Paradójico. Es decir, sueños con imágenes oníricas en los que reciben sus mensajes y visionan cosas, situaciones y experiencias, que no son externas sino total y absolutamente internas, no solamente porque estén en el interior del vientre materno, sino porque también proceden del interior de su alma, como consecuencia de su carácter e identidad espiritual, impresa en su alma y no solo genética.  

Que el recién nacido sueña, es más que evidente; cualquier observador lo puede comprobar como muestran estas imágenes. Pero los sueños de un bebé en la matriz solo lo pueden certificar expertos con instrumentos y aparatos científicos diseñados para ello.
Lo que para mí solo era una intuición al respecto y que manifesté públicamente, ha quedado demostrada científicamente por este doctor, y al parecer algunos más. 

    Reitero pues, la frase que publiqué el pasado 8 de septiembre de 2017, y que ya tenía desde años atrás guardada en los archivos de mi subconsciente: 


"Antes de nacer ya empezamos a soñar y antes de hablar, nuestros sueños ya nos hacen reír o llorar".