"Antes
de nacer ya empezamos a soñar y antes de hablar, nuestros sueños ya nos hacen
reír o llorar".
El texto del encabezamiento parece un simple proverbio que literariamente no queda mal, pero parece solo eso, un proverbio. En realidad, ese breve texto
hacía referencia a los sueños de los no nacidos o fetos, algo que solo intuía,
pero que no estaba demostrado científicamente. En cambio, la referencia a los sueños de
los recién nacidos es una verdad indubitable, que cualquiera por sí mismo puede
observar, tal como muestra la imagen superior.
En cuanto a las ensoñaciones del feto o al
bebé en gestación, surgió como una intuición, una revelación, una epifanía; en el
sentido que en el griego paleo cristiano tiene esta palabra: manifestación de
Cristo o revelación de alguna verdad que no pasa por el filtro de la razón,
aunque luego ésta tenga que usarse para explicar a los demás lo que a la
persona le ha sido manifestado o revelado.
La mayoría de estas manifestaciones suelen
contener un sentido de veracidad que cuesta aceptar, porque no pasan por el
filtro de la razón y la lógica habitual, pero sin embargo y sin saber bien
cómo, aparecen en nuestra conciencia externa de forma inesperada, con una
claridad meridiana y un fuerte sentimiento de certeza.
He podido comprobar vez tras vez, después
de investigar sobre dichas intuiciones o revelaciones, la veracidad de las mismas; como ocurre en este caso de las
ensoñaciones del bebé en gestación.
Esta intuición, cuya realidad ahora es
comprobada, también la percibía en algunos versículos bíblicos, por referirse
ellos, a la elección y vocación de algunos profetas y personajes bíblicos antes
de nacer; tales como los expuestos al comienzo del artículo. Estos
versículos me hacían intuir y sospechar que, soñar antes de nacer era un hecho
que experimentaba el feto o bebé en gestación en la matriz —procedente de la
Matrix—, de la conciencia sobrenatural, o Supra-consciencia. Es decir,
provienen de Dios, de acuerdo al diseño, la vocación e identidad
con la que espiritualmente se nos dotó antes de nacer. Por eso surgió en mi interior como una inspiración y lo expresé así de corto y conciso.
Cuando hablamos de los sueños con
imágenes oníricas, nos referimos a los sueños en su fase REM, o Sueño Paradójico.
Reitero pues, la frase que publiqué el
pasado 8 de septiembre de 2017, y que ya tenía desde años atrás guardada en los
archivos de mi subconsciente:
Demostrarlo científicamente para mí no es posible, porque no soy obstetra ni neurólogo; pero el otro día, domingo 21 de
enero de 2018, vi un programa en el que se entrevistaba al Dr. Carlos López
Ramón y Cajal. Este doctor, —toda una autoridad mundial en obstetricia y
neurología, descendiente del Premio Nobel de medicina Ramón y Cajal—, declaró
que en sus investigaciones había comprobado que los fetos a partir de los cinco
meses de gestación experimentan sueños en la fase REM o Sueño Paradójico.
Es decir, sueños con imágenes oníricas en los que reciben sus mensajes y visionan cosas, situaciones y experiencias, que no son externas sino total y
absolutamente internas, no solamente porque estén en el interior del vientre
materno, sino porque también proceden del interior de su alma, como
consecuencia de su carácter e identidad espiritual, impresa en su alma y no solo
genética.
Que el recién nacido sueña, es más que
evidente; cualquier observador lo puede comprobar como muestran estas imágenes.
Pero los sueños de un bebé en la matriz solo lo pueden certificar expertos con
instrumentos y aparatos científicos diseñados para ello.
Lo que para mí solo era una intuición al
respecto y que manifesté públicamente, ha quedado demostrada científicamente
por este doctor, y al parecer algunos más.
"Antes de nacer ya empezamos a soñar y antes de hablar, nuestros sueños ya nos hacen reír o llorar".