jueves, 1 de junio de 2017

UNA CRÍTICA SIN FUNDAMENTO

Una crítica sin fundamento
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Respuesta a un comentario que una persona hizo sobre el libro "La Biblia y los sueños" sin haberlo leído.  Lo criticó despectivamente sólo porque el título le sugería algunos presuntos argumentos,  de los que decía no estar de acuerdo, a pesar como dije antes que, ni siquiera había tenido el libro en sus manos. Sin embargo intentó adivinar o presuponer el argumento principal del mismo, pero sin éxito.
Este Señor se equivocó, como suele ocurrir cuando juzgamos las cosas apresuradamente y sin un acercamiento mínimo a lo prejuzgado.
Le dije:
Quiero darte las gracias por tu comentario con todo mi respeto para ti y hacia todos los que profesan los conceptos y doctrinas que tu mencionas y censuras.

De lo que trata el libro es precisamente lo contrario a lo que has pensado y comentado. Su contenido analiza y comenta los sueños de los personajes Bíblicos, para aprender de ellos y considerar los nuestros, a fin de ajustarlos a la voluntad de Dios.  Así le sucedió a Los patriarcas y otros personajes de la Biblia que recibieron revelación de Dios a través de los sueños.
Los mensajes que recibieron a través de las imágenes oníricas en sus sueños, primero definían su estado psíquico y sus circunstancias, al tiempo que les afirmaban en ellas o les mostraban cómo Dios iba a corregirlas.  Saulo perseguía con ferocidad a los cristianos y posteriormente fue llamado, «el Apóstol Pablo».
También suelo comentar con cierta regularidad en algunas publicaciones, que es más fácil suponer que investigar; por lo que opinar y comentar un libro que no has leído, solamente se puede hacer desde una actitud cuando menos imprudente ya que alguien mínimamente considerado no opina, y  menos juzga una obra que ni siquiera ha ojeado.

Te informo que el libro no trata sobre la prosperidad ni las grandes ideas o ideotas que algunos llaman sueños, y que el profeta Isaías las califica así:  
Pero ustedes que encienden fuegos y preparan antorchas encendidas, caminen a la luz de su propio fuego y de las antorchas que han encendido. Esto es lo que ustedes recibirán de mi mano: en medio de tormentos quedarán tendidos. (Isías 50:11

Como podrás comprobar por esta breve reseña que indico, el libro no trata de lo que supuestamente tú sospechabas como temática principal y que desde esa  percepción  has prejuzgado y criticado. La tónica dominante del libro, es decir su epicentro, serían más bien los mensajes que las imágenes oníricas nos transmiten, ya que la mayoría de ellos pretenden corregir nuestra conducta, antes que apoyar nuestras pretensiones y deseos en la vida.  Los examinamos y lo aplicamos a nuestra vida a través de  las experiencias, mensajes y sueños que los personajes bíblicos recibieron, así como de las visiones, éxtasis y apariciones de ángeles que tuvieron.
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Cuando nuestra conciencia ordinaria o externa se suspende y/o adormece, en las visiones e imágenes oníricas que preceden a dicha suspensión, todo es posible, hasta hablar con Dios más allá de  a una simple o sencilla oración.
¿Fue Moisés un incircunciso que indujo a los demás a la circuncisión?  Este es uno de los capítulos del libro; si lo leyeras quizás podrías sacarme de la duda y ayudarme a rectificar algunos posibles errores.  Muchas gracias por tu comentario, aunque sea sobre un supuesto contenido que no es la base y fundamento del libro, siempre es mejor que la indiferencia, porque el responder y compartir nos ayuda a trabajar para aclarar el tema principal del libro y de nuestra existencia, que es descubrir el sueño con el que Dios nos soñó, la vocación intrínseca que en nosotros el Creador imprimió.
Insisto, gracias por tu comentario, siempre es mejor que la indiferencia porque nos ayuda a dar una reseña más detallada del tema central del libro.
Agradecido por tu comentario.
Esta persona tuvo la valentía y dignidad de reconsiderar su comentario y pedir disculpas, a lo que contesté: a mí me alegra y a los dos nos honra que hayas considerado y rectificado tu actitud, porque todos tenemos derecho a equivocarnos y el deber de rectificar cuando nos percatamos de ello, pero, solo los sabios y los justos lo hacen, y tú has demostrado que lo eres. A mí me honra haber respondido y dialogado con un justo y sabio.   Luz brilla sobre los justos, y la alegría sobre los de corazón recto. (Salmo 97:11).
Muchas gracias, un abrazo.