domingo, 20 de marzo de 2016

LA SAETA Y EL CORAZON PARTIDO

EN UN VIAJE AL MAS ALLÁ VI LA REALIDAD DEL MAS ACÁ

En un día de duro trabajo, cuando me iba a casa a descansar por aquellas cosas de la vida, me tocó cuidar a mis nietos.  Salimos a dar un paseo, al cabo de media hora se hacía pesada mi tarea, tanto o más que la jornada de trabajo, por mi cansancio y mi lesión de columna. Quien conozca a mis nietos, dos varones de 6 y 3 años, sabe la efusividad y  energía que tienen (imagino que a esa edad todos son más o menos igual de inquietos y traviesos). Caminando por las calles de Alcalá de Henares llegamos al antiguo monasterio de los Carmelitas que fue regentado en su día por Juan de la Cruz, místico y poeta español al que admiro.  A la entrada de la capilla y al monasterio, hay un pequeño parque en el que mis nietos se entretuvieron jugando; al tiempo vi entrar unas personas en la capilla y al abrir la puerta escuché la música que salía del interior.  Al momento me pregunté — ¿Nunca he entrado a ver esta capilla donde ministró y vivió esta ilustrísima persona?—, había llegado ese momento. Cuando me decidí a entrar, mis nietos vinieron detrás de mí y dentro nos encontramos a una orquesta musical dando un concierto espectacular. La iglesia llena, con gente de pie por los pasillos laterales y toda la parte trasera de la nave; mis nietos y yo nos quedamos impactados por la belleza de la música y el momento. Entonces mi nieto mayor, empezó a hacerme preguntas sobre algunas imágenes, el cepillo de las ofrendas, el confesionario etc., como estábamos cerca de la puerta y molestaba a las personas que escuchaban el concierto, lo saqué a la calle y le dije que dentro de la iglesia no podía hacerme preguntas porque molestábamos a las personas que asistían al acto. Mi nieto pequeño que se había quedado dentro, salió enfadado y con su lenguaje a medias palabras nos retó a los dos y nos dijo (señalando con su mano y fuerte énfasis) que teníamos que estar dentro escuchando la música. Le sugerí que mejor seguíamos con nuestro paseo, a lo que contestó con el mismo énfasis y determinación — no abuelo, vamos dentro a escuchar música—. Me sorprendió mucho su firmeza dada su corta edad, al tiempo que me agradó su actitud para poder seguir escuchando el concierto. Entramos en silencio, ambos se pusieron de rodillas en el pasillo central de la iglesia, cuando el director de la banda estaba explicando algo sobre el autor de la música y la letra de la siguiente pieza musical: «La Saeta»  (si continuas leyendo esto hazlo por favor mientras escuchas esta pieza  https://www.youtube.com/watch?v=d4gB0X3-I88).
El autor de la música es Joan Manuel Serrat  y la letra de D. Antonio Machado. Cuando vi a mis nietos en silencio y tranquilos como extasiados por la belleza de la música y el ambiente envolvente y solemne, yo, recostado sobre la puerta también escuchaba la música con esa letra de denuncia sobre una tradición, bella, pero barroca, recargada y que nubla el entendimiento sobre el mensaje del mismo Jesús… Como decía, recostado sobre la puerta, como una saeta penetraba en mi alma el lamento de D. Antonio Machado sobre nuestro país y su gente, con la calidad de la música, el entorno envolvente, y el descanso que me produjo la relajación del cuidado de mis nietos, mis ojos se humedecían por el quebranto, al tiempo que levanté la mirada al techo de la capilla y vi la imagen de Juan de la Cruz que enseguida me hizo recordar su poema:

«Entréme donde no supe:
Y quédeme no sabiendo
Toda ciencia trascendiendo».

     Extasiado por el momento empezaron a brotar las lágrimas de mis ojos que corrían por mis mejillas.  Entré donde no esperaba y me sorprendió la belleza, el talento, espiritualidad y quebranto por su país de dos personas que admiro profundamente y el de una tercera, Joan Manuel Serrat que también, aunque no tanto.

    El impacto emocional y de éxtasis se acentuó por varias razones: primero  porque de Juan de la Cruz y de D. Antonio Machado hago referencia a sus poemas e inspiración en mi libro «La Biblia y Los Sueños», y por otro lado, la desazón que me produce la coyuntura política actual, que en el fondo no es muy diferente de la que Don Antonio Machado vivió en sus días, y por el peso de algunas tradiciones tan fuertemente arraigadas en el subconsciente colectivo de los españoles que han generado retraso y división entre nosotros, hasta tal punto que, una música y un poema de protesta, lo han convertido en el emblema de la Semana Santa.
    En éxtasis, envuelto en el  musical, me vi en un cruce de caminos con D. Antonio Machado cuando él dejaba España y se iba de este mundo, y yo en cambio me preparaba para venir y nacer en los reinos desunidos de las Españas; entonces, en ese encuentro al oído me susurró: —¿Yo vengo y tú vas?…—

«Ya hay un español que quiere
vivir y a vivir empieza,
entre una España que muere
y otra España que bosteza.

Españolito que vienes
al mundo te guarde Dios.
Una de las dos Españas
ha de helarte el corazón».

El corazón partido  

D. Antonio, estoy ardiendo en mi interior por mi país y por Cristo nuestro Señor, y no me hielan el corazón, me arde de dolor y no por una España, sino por las dos.  Unos con el puño cerrado, amenazando y gritando «muera España viva Rusia»  y fusilando si pudieran a nuestro Redentor. 



Los españoles hemos perdido la razón, unos la razón histórica, la razón de ser, y no saben lo que son, el caso es reventar todo lo que sabe a España y lo español, ¿cabe mayor locura que traicionar su identidad patria, mercadear con las ideas y venderse a cualquier impostor? Estos, D. Antonio, no resaltan lo habido en nuestra historia y lo que hay de valor, para luego corregir el error; aman el desorden, el desgobierno, la intolerancia, aunque..., a todos con tal que les den su voto, dan la razón, para luego hacer según su parecer sin atender al respeto del que tiene otra opinión. Cuando escuchaba su poema D. Antonio, acompañado de esta hermosa melodía no puede contener las lágrimas, se me rompe el corazón, y pienso también en los españoles que no saben vivir sin religión, sin el Vaticano, que más papistas que el papa son, ¿no tienen memoria histórica? ¿No saben cuántas veces el Vaticano nos traicionó que, hasta con el enemigo más acérrimo del cristianismo se alió con tal de combatir lo español?  A pesar de todo, los reyes de España por defender y financiar al Vaticano hasta la bancarrota se empeñó.  ¿No lo saben? —  ¡que me pregunten y se lo cuento yo! — Como Quijotes delirantes, salvadores del mundo, llevando nobles y pesadas cargas humanas que ni Dios ni nadie les mandó, y por si fuera poco combatiendo la Reforma de la iglesia que Dios permitió.  Como los buenos no quisieron apoyarla porque se creían más justo que Dios, por ello a uno que de justo no tenía nada, la Providencia sustentó y los fundamentos de un imperio nuevo constituyo.

Entre las dos Españas D. Antonio, tengo el corazón partido, roto de dolor y, yo también quisiera como otros ingratos no sentirme español, no amar a esta tierra donde la  Providencia me hizo nacer, aunque solo sea para no sentir este dolor.

 Comparto aquí su poema D. Antonio, letra de esta hermosa interpretación, para que no digan otros que esto me lo invento yo:

Dijo una voz popular:
«¿Quién me presta una escalera
para subir al madero
para quitarle los clavos
a Jesús el Nazareno?»

Oh, la saeta, el cantar
al Cristo de los gitanos
siempre con sangre en las manos
siempre por desenclavar.
Cantar del pueblo andaluz
que todas las primaveras
anda pidiendo escaleras
para subir a la cruz.

Cantar de la tierra mía
que echa flores
al Jesús de la agonía
y es la fe de mis mayores
!Oh, no eres tú mi cantar
no puedo cantar, ni quiero
a este Jesús del madero
sino al que anduvo en la mar!



¡D. Antonio! de estos corazónes partidos como el suyo y el mío, y de otros muchos que claman al que anduvo e hizo caminos en la mar, brote una nueva España que alegre la profunda tristeza y ese roto corazón desde el que sus versos brotaron, y que así también alegren el corazón de Dios, dividido entre los que se colocan a su mano derecha, gente de altos vuelos, empecinados y religiosos de épocas, inquisitoriales y tiempos procesionales,  y de los violentos de puño cerrado, voluntariamente situados a la mano izquierda de Dios, que fusilan a un Cristo de piedra, que prenden fuego a los conventos y que proclaman muera su propia nación.
Reitero pues que, me gustaría (y presiento que así será), que de este profundo quebranto naciera una nueva flor, una  nueva sociedad, una nueva España que no deseara su propia muerte, ni tampoco la de ninguna otra nación, para que todos los que tenemos el corazón partido por esta España, no tengamos que irnos por los cerros de Úbeda ni exiliarnos en Francia. Y que podamos decir: ¡viva nuestra reina republicana!  ¡viva nuestro rey monárquico! y que Dios guarde a España.

Desperté de mi éxtasis y volví a lo que llamamos la vida real, la más inmediata, porque después de tres piezas de concierto mis nietos cansados de estar sentados en el frío suelo querían salir, y a petición una vez más del pequeño fuimos a tomar chocolate con churros, algo bien típico de España; y como de momento no sabemos porqué motivos no queda bien decir ¡viva España! (caso único en el mundo), aunque sí se puede decir ¡viva la república de Narnia! pues grité: ¡viva el chocolate con churros! el que mis nietos y yo como locos disfrutamos.  ¡Viva el chocolate con churros! ¡Vivan mis nietos! Y que muchos años lo vea yo.

Alfredo Manzano.

ww.labibliaylossueños.com

martes, 8 de marzo de 2016

EL NOMBRE DE DIOS

ADVERTENCIA SOBRE LA TRADUCCIÓN  DE
LAS CITAS BÍBLICAS USADAS EN "LA BIBLIA Y LOS SUEÑOS"




   Para las citas bíblicas hemos utilizado preferentemente la traducción de Reina Valera Revisada, 1960, por su clasicismo y precisión y porque es la más leída, aun a sabiendas de que utiliza sistemáticamente Jehová en vez de Yahvé. No ignoramos que Jehová es un nombre artificial producto de la vocalización de los masoretas, que colocaron a las consonantes del tetragrama YHVH las vocales de Adonai, otro de los nombres de Dios: «E (A con Ševá = E) O y ». Según ha escrito André-Marie Gerard, «así se llega a la extraña forma que han utilizado numerosos traductores, a pesar de que es una pura ficción, producto de una simple llamada de atención al lector: Yehovah, de donde Jehová. Adonai es el nombre que pronuncian los judíos asquenazíes en alusión al tetragrama sagrado; los judíos sefarditas dicen Hasen: “el Nombre”. A través de Orígenes conocemos el nombre inefable: en el texto de los Hexapla lo transcribe al griego como Iabé [Iabev]» (Diccionario de la Biblia, André-Marie Gerard, Madrid, Anaya & Mario Muchnik, 1995, pág. 1493).

   No obstante, en la última versión Reina Valera Contemporánea (R.V.C) y Dios Habla Hoy (D.H.H) se ha suprimido el uso de Jehová por Señor, tal como en su origen hiciera San Jerónimo en la Vulgata y Casiodoro de Reina, en la Biblia del Oso; solo que los dos últimos lo citan en el orden correcto y la R.V.C., y D.H.H., le cambia el orden. Lo vemos en Génesis 2:4, que es donde empieza a usarse este nombre o antonomasia en la Biblia. El original dice YHWH Elohím, es decir «el Señor Dios» o «EL QUE ES  Dios», y no «Dios EL QUE ES» o «Dios el Señor», como se traduce en estas dos versiones. En ocasiones el orden de los factores no altera el producto pero, en gramática cambiar el orden de las palabras puede alterar sustancialmente el sentido. Por ejemplo YHWH Nissi, que quiere decir «El QUE ES tu Bandera», en este caso al cambiar el orden del adjetivo y el nombre o antonomasia quedaría así: «tu Bandera EL QUE ES».  Se podría hacer un arreglo y pronunciarlo como sigue: tu Bandera es Él o tu Bandera es Elohim. Al pronunciarlo de esta forma sustituiríamos el Tetragramaton y de los dos nombres solo que daría Él, o Elohim.  Simplemente manteniendo el orden de los textos originales y usando la antonomasia de «Señor» en lugar de Jehová ya estaría bien.
   En conclusión, y para no distraer al lector, solo indicaremos la procedencia de la traducción cuando se utilice otra versión, o en la confrontación de diferentes traducciones.

www.labibliaylossueños.com
 Alfredo Manzano.